Infierno

Las calles son como lenguas eternas. Vacías y calientes. No hay sombras. El calor es la luz de todos los cuerpos. El aire es melaza. Los pájaros apenas se sostienen. Aquí solo reinan los pequeños reptiles. Su sangre se alimenta del calor. El resto de las bestias, respiran en silencio. El rito sagrado de la exhalación. Porque cada bocanada de aire es fuego.  Porque cada musculo tensado es perdón. La tierra, tumba abierta de huesos. La fruta, carne de persignación.

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